De no haber sido por la firme y persistente lucha ciudadana Valencia sería hoy una ciudad menos atractiva de lo que es. Los Jardines del Turia, que en la actualidad le otorgan una particularidad y un atractivo únicos, no existirían de no ser por un grupo de personas que se atrevió a desafiar a las autoridades. En los años 70, con el franquismo aún vigente, el ministerio de Obras Públicas de España pretendía construir sobre los terrenos del viejo cauce del río una autopista de 12 carriles. Sólo la oposición de un buen número de vecinos, que reclamaban que ese espacio se reservara como zona verde, logró evitar la avalancha de asfalto prevista.
Aquel fue un momento histórico, una bisagra en el devenir de la ciudad. Nunca se podrá agradecer lo suficiente a aquellos ciudadanos que se opusieron a los planes gubernamentales.