Benimámet, Santiago Calatrava y el parque lineal

Santiago Calatrava es, como se sabe, uno de los arquitectos más conocidos del mundo en la actualidad. Es lo que se conoce como un “arquitecto estrella”. Es, también, uno de los más polémicos. Y no sólo por razones estéticas. Sus obras, por lo general, acaban costando varias veces más de lo presupuestado originalmente y suelen incluir importantes desperfectos: puentes peatonales que resultan resbaladizos para los peatones, bodegas con goteras, revestimientos de trencadís que se vienen abajo poco tiempo después de colocados, óperas que se inundan, dispositivos móviles de apertura que no se mueven ni se abren, entre otros.

Santiago Calatrava nació en Benimámet pero hace mucho tiempo que ya no vive en esta pedanía de la ciudad de Valencia que hoy sueña con un parque lineal que la revitalice. El arquitecto lleva décadas radicado en Suiza junto a su mujer, oriunda de aquel país. Pero vivir en pleno centro de Europa no le ha impedido a Calatrava construir en Valencia. Las obras y megaobras que llevan su firma son numerosas en la ciudad. Y es que en las últimas décadas la Generalitat y el ayuntamiento capitalino, gobernados ambos por el Partido Popular, se han mostrado muy generosos con los encargos al arquitecto. Y esa generosidad se ha visto traducida en los pagos: el complejo de la Ciudad de las Ciencias y las Artes le ha reportado a Calatrava el cobro de alrededor de 100 millones de euros en concepto de honorarios. La cifra, que a la mayoría le resultará mareante y que salió de las arcas públicas, al hombre de Benimámet le pareció incluso “modesta”.

Calatrava, flanqueado por Rita Barberá y Francisco Camps, explicando las maquetas de unos rascacielos por las que cobró 15 millones de euros.

Calatrava, flanqueado por Rita Barberá y Francisco Camps, explicando las maquetas de unos rascacielos por las que cobró 15 millones de euros.

Gobernado desde hace 23 años por Rita Barberá, el ayuntamiento de Valencia ha sido especialmente dadivoso con el arquitecto. Además de encargos millonarios le ha puesto su nombre, Santiago Calatrava, a una calle en Benimámet. No muy lejos de ella se encuenta, también, el colegio público Santiago Calatrava.

Barberá, se ha dicho, ha sido muy generosa con el de Benimámet pero no tanto con Benimámet. La alcaldesa prometió a los vecinos que, una vez soterradas las vías del tren, construiría sobre sus terrenos el parque lineal que llevan varios años reclamando. Sin embargo la mandataria y su equipo de gobierno optaron por ir dando largas. Recién ahora, cuando las elecciones municipales se advierten en el horizonte, han mostrado cierto interés y han presentado un plan. Pero según la Asociación de Vecinos lo propuesto por el ayuntamiento está muy lejos del paseo ajardinado que exigen. Sostienen que, básicamente, lo que ofrece es más asfalto y más tráfico y muy poco verde.

Los  reclamos se intensifican

Disconformes con lo presentado por los colaboradores de Barberá, los vecinos se han reafirmado en sus reclamos y han aumentado las acciones reivindicativas, como las marchas por las calles del barrio que en cada convocatoria congregan a más personas. En la más reciente, una abuela que llevaba de la mano a su nieta le decía a otra vecina: “Hay muchos niños hoy. Es muy importante que vengan a las marchas para que Rita vea que en Benimámet hay muchos niños y que por eso necesitamos el parque”.

La AVV, con la colaboración de arquitectos e ingenieros, ha elaborado su propio proyecto de parque lineal. Y de acuerdo a sus cálculos, realizarlo costaría alrededor de cinco millones de euros. Una cantidad de dinero que tal vez no alcance para pagar los honorarios de un arquitecto estrella oriundo de Benimámet pero que sí sería suficiente para transformar Benimámet.

Que los vecinos seguirán reclamando el parque lineal, es algo seguro. Que Rita Barberá escuchará sus reclamos y cumplirá con su promesa original, no lo es tanto. Tal vez la solución pase por convencer a Santiago Calatrava, el hijo pródigo de Benimámet, para que diseñe el parque lineal. Entonces, quizás, Barberá ya no pondría ninguna objeción para construirlo aunque luego hubiese que acabar pagando millonarios sobrecostes y padeciendo algunos desperfectos.

Y si el suizo de adopción va demasiado ajetreado como para ponerse a diseñar un parque siempre queda la opción de que le preste su nombre: Los Jardines de Calatrava. Si Madrid le dedicó unos al arquitecto Francesco Sabatini, también podría hacerlo Valencia con el arquitecto nacido en una de sus pedanías. Y es que con tal de que construyan un parque en condiciones, el nombre sería lo de menos.

Los vecinos de Benimámet exigen que se haga el parque prometido. Y los parados del barrio piden trabajar en las obras. (Foto: AVV).

Los vecinos de Benimámet exigen que se haga el parque prometido. Y los parados del barrio piden trabajar en las obras. (Foto: AVV).

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